Se llama grafiti (palabra plural tomada del italiano graffiti, graffire) o pintada a varias formas de inscripción o pintura, generalmente sobre mobiliario urbano. La Real Academia de la lengua española designa como "grafito" una pintada particular, y su plural correspondiente es "grafitos".
También se llama grafiti a las inscripciones que han quedado en paredes desde los tiempos del Imperio Romano.
En el lenguaje común, el grafiti incluye lo que también se llama pintadas: el resultado de pintar en las paredes letreros, frecuentemente de contenido político o social, con o sin el permiso del dueño del inmueble, y el letrero o conjunto de letreros de dicho carácter que se han pintado en un lugar. También se llama grafito, por extensión, a los eslóganes que se han popularizado con estas técnicas; por ejemplo, los grafitos de los disturbios de mayo de 1968 en París: L'imagination au pouvoir (la imaginación al poder), o Sous les pavés il y a la plage (bajo los adoquines está la playa), etc.
La expresión Grafiti se usa también para referirse al movimiento artístico del mismo nombre, diferenciado de la Pintura o como subcategoría de la misma, con su origen en el siglo XX. Fue un movimiento iniciado en los años 1960 en Nueva York, o, según aluden fuentes bibliográficas como getting from the underground, en Filadelfia.
El grafiti es uno de los cuatro elementos básicos de la cultura hip hop, donde se llama grafo o grafiti a un tipo específico. En este sentido, una pintada política no sería un grafito.
El Neo-Geo es un movimiento artístico que surge en los años ochenta. Es la abreviatura de Neo-Geométrico que preconizaba la utilización de objetos domésticos como materiales esculturales. También se le llama Neoabstracción Geométrica o Pintura Neo-Geo.
La pintura Neo-Geo volvió a poner al gusto actual los preceptos visuales del minimalismo, readaptados a la nueva codificación lineal de la sociedad urbana, cuyas descripciones se convirtieron en el apoyo de juegos visuales, o, en escultura, la ocasión de ready-made, sacralizando la vacuidad: el Three Ball Total Equilibrium Tank y Vacuum Cleaner (aspirador) de Jeff Koons son los símbolos más destacados, con la pintura de Peter Halley, A Perfect World, Black Cell por ejemplo.
La linealidad euclidiana que se rechaza en estas obras se distingue de las tendencias visuales que las siguieron, dominadas por la estética fractal, relacionado con la teorías populares de la época, una de ellas la teoría del caos.
Los pintores de la corriente neo-geo prolongan y actualizan las distintas investigaciones llevadas a cabo anteriormente en el ámbito del minimalismo, del Op-art y de la abstracción geométrica. Pintan generalmente obras de gran formato compuestas de motivos o signos que se despegan de un fondo plano y coloreado.
Peter Halley emplea pinturas fosforescentes y enlucido sintético. Su obra prueba que un arte puramente geométrico no es inevitablemente abstracto o alejado de toda realidad exterior al cuadro. Halley observa y pinta un mundo o los modelos matemáticos y arquitecturas apremiantes que condicionan a su vez el urbanismo, la organización social, a las instituciones (escuelas, hospitales...).
Philip Taaffe combina motivos orgánicos y geométricos así como las formas decorativas tomadas de la historia de las artes decorativas. Se duplican y repiten las formas. Sus lienzos reivindican un carácter a la vez decorativo y meditativo.
Para estos pintores a los que se pregunta el significado de sus propias prácticas, la mejor respuesta reside en el placer que les procura y las reflexiones que les suscitan.


Esta intervención quiere pensar el sentido del arte en dos direcciones: una del Arte con mayúscula, del Arte aurático, del Arte como creación, del Arte como ente en sí mismo, y otra del arte con minúscula, del arte como un evento antropológico sin trascendencia, del arte desde el concepto ampliado del arte (abierto por Nietzsche y Beuys), del arte como campo de acción y de juego para dialogar con la vida. Del arte como "poiesis".
El título de la ponencia "Arte sin arte", aparece invertido en el afiche. El primer término debiera ir en minúscula y el segundo en mayúscula. Se trata de pensar un arte libre de las restricciones y exigencias del gran Arte, del Arte metafísicamente fundado, del Arte maestro trascendente del genio-creador, del "Arte en sí" y, con ello libre de las pretensiones que el arte moderno y vanguardista habían exigido al arte: un arte negativo revolucionario, un arte siempre nuevo (pero a la vez clásico) un arte transgresor, irreverente y de denuncia, un arte expresionista y abstracto, que objetive el inconsciente, un arte de genios creadores, un arte deificador del talento, el espíritu o el "duende" como el "quid" aurático del arte.
En fin, creo que nos estamos moviendo en dos conceptos distintos de arte y en ello consiste parte de la confusión y la imposibilidad de comprender los fenómenos del arte de esta segunda mitad de siglo. Incluso podría decirse que las líneas emergentes de los nuevos lenguajes del arte en los ´60 y ´70 (Fluxus, el Pop, Minimal, Povera, Arte Conceptual, los Happenings, los Performances, el Body Art, en Land Art, etc.) sólo tuvieron una amplia aceptación y un despliegue de sus posibilidades en los ´80. Es más, en los ´80 estas expansiones de los lenguajes actuales del arte se aceptaban provisionalmente, como si pudiesen descubrirse y desintegrarse como cualquier moda, como nuevas vanguardias etiquetadas artificialmente de los postmodernos.
Recordemos la emergencia, en el año 79, de los nuevos salvajes y la transvanguardia italiana junto con los arquitectos de la Bienal de Venecia. De allí emergieron múltiples líneas de las instalaciones, emergieron líneas del arte accional y de los lenguajes del cuerpo que dominaron la escena de los eventos más importantes del arte de esta década. Pero, tal vez, hubo que esperar a los ´90 para tomar conciencia que éstos lenguajes estaban ya profundamente consolidados y que no eran modos "ochentosos" y, sobre todo, que allí habitaba un nuevo concepto de arte que hoy también se llama arte conceptual o neo conceptual.

Acaso recien en estos años ´90 la reflexión estética ha ordenado y advertido con suficiente claridad que el concepto de arte de estas últimas décadas es radicalmente distinto al del uso de la tradición romántica y vanguardista. Con ello se modifica también el concepto de estética pues su objeto ha cambiado. Y, justamente, la tradición crítica del Gran Arte del genio, inaugurada por Nietzsche y continuada por Heidegger, y por Wittgenstein por Benjamin y Adorno y por cierta tradición francesa Klossowsky, Deleuze, Foucault, Derrida, Lyotard, etc., es ahora ordenada y comprendida en todos sus alcances como parte de la irrupción de un nuevo concepto de arte.
Un concepto que amplia el arte a todos los fenómenos de la existencia, que justifica la existencia, como decía Nietzsche en el Nacimiento de la Tragedia, sólo como fenómeno estético que quiere leer toda la ciencia, todo el saber, desde la optica del artista y el arte desde la vida. Un concepto que piensa el arte ya no como creación (de genios) sino como desocultamiento, como des-cubrimiento. Un concepto que piensa el arte sin aura inoculable en la era de la reproductibilidad técnica. Un concepto que afirma el arte más allá del talento y de la inspiración, de la subjetividad inconsciente de artistas genios, dándole apertura a los caminos conceptuales arqueológicos, desconstructivos, tecnológicos y cualquier otro que esté en juego. Un concepto ampliado de arte que atienda más que a la trascendencia o a la esencia, del arte, al sentido decisivo de juego que sostiene (ontológicamente hablando) al arte (y con ello quiero remitirme al concepto de juego de Heráclito, al de Nietzsche que lo toma de Heráclito, al de Fink que lo toma de Nietzsche y al de Gadamer que lo toma de la "cosa misma" llamada arte). El juego, así pensado, es el ser mismo de lo real y con ello del arte. El arte y el juego son así inocencia, sin thelos, sin logos. Su ser es el del juego mismo, sin trascendencia ni valoraciones morales ( más allá del bien y del mal), sin implicaciones ético-políticas ni limitaciones a un campo (el de la expresión del inconsciente por ejemplo) ni a un sentido.
Un concepto ampliado del arte que tiene una decidida intención de no habitar los caminos sobresaturados de los lenguajes de la imagen y de la representación.
Así quiere desocultar, desconstruir y hacer patente los espacios de vida no represnetativos, no visuales y lo hace justamente separándose de las lecturas del Gran Arte, lo hace saliéndose de los lenguajes de las Bellas Artes y de las técnicas y contenidos del arte moderno. Este concepto ampliado de arte dirige su atención a hacia los horizontes no represnetativos, hacia los no lugares teniéndo como guía un tratamiento extraño del campo conceptual, donde el concepto es tratado como juego y como juego desintegrador y diseminador de las representaciones. El artista descubre con los conceptos disolventes los espacios "cubiertos" por la imagen y la representación. Los descubre y desoculta, pero no haciendo otras imágenes visuales sino filtrándose en las hendiduras, en las fronteras donde lo oculto se desliza hacia lo patente, donde lo oculto se hace patente como oculto.
El arte actual exige para su lectura el abandono de la representación e incluso la conciencia de la intención expresa de que este abandono es decisivo.
Casi podría decirse que son signos de la autenticidad de una obra de los lenguajes actuales del arte cuando se ha abiertos estos no lugares, cuando se ha producido una fisura real en algún horizonte de la representación, cuando el artista se disuelve y desintegra desintegrándose como la imagen escondida de la obra, cuando la obra se disuelve y desintegra desterrando toda imagen, toda lectura visual, para dar lugar al no lugar, cuando el arte se disuelve y desintegra para ampliarse a una dimensión donde arte y vida, arte y concepto, arte y juego, arte y lenguaje, arte y poiesis, arte y hombre se fusionan en un diálogo que no crea, sino que desoculta.
